El puente literario de Alfredo Espinoza

Por Jessica Anaid Hernández

El escritor Chihuahuense, Alfredo Espinoza dejó su tinta creativa  en las páginas de revistas y periódicos; a la edad de diecisiete años publicó en un periódico llamado El norte, después en el primer proyecto de “la literatura moderna en la ciudad de Chihuahua, la revista Palabras sin arrugas”[1],  fundada por Luly Carrillo y Federico Urtaza, al que posteriormente se agregaría Enrique Servín.

La revista Palabras sin arrugas fue retomada por Rubén Mejía y un grupo importante de jóvenes escritores de Chihuahua. Los colaboradores de la revista fueron Daniel Torres Jaquez, Hector Varela Unive, Jorge Benavides Lee, Rogelio Treviño, José Urquidi, Sergio Duran y Alfredo Espinoza.

Alfredo Espinoza comenta que en aquella época no había apoyos para proyectos artísticos, por lo tanto, Palabras sin arrugas fue creada con los recursos de los mismos escritores, para formar una serie de hojas con diferentes tintes de plumas. Los colaboradores más sobresalientes fueron Luly Carrillo, Federico Urtaza, Rubén Mejía y Enrique Servín. 

La literatura en la ciudad de Chihuahua de nuestro siglo XXI inició, repito, en revistas. Con escritores que han sido lectores de alto rendimiento: leen poemas japoneses, novela norteamericana, formalistas rusos, lingüistas políglotas, triunfalistas del boom, políticos cristeros y a Borges; escuchan canciones de Jim Morrison, Santana, John Lennon, Paul McCartney. La primera revista literaria con rigor de lectura y abanico ideológico fue Palabras sin arrugas cuyo primer número apareció en junio de 1978 y llegó a imprimir 12 ediciones bien cuidadas y sin erratas. Detuvo su vuelo en el número 13, cinco años después.[2]

Alfredo Espinosa se marchó a México, donde publicó en un suplemento cultural del periódico Uno más uno; también dio a conocer sus textos de manera semanal en el periódico  la jornada, excélsior, y nexos. En la biblioteca del CIDECH, se formó una revista literaria llamada Finesterre, donde Alfredo Espinoza fue participe, dándole seguimiento a tres números, después la revista quedo a cargo de otras personas.

En Juárez, el escritor participó en la revista Cuadernos del norte, de la generación de Jesús Gardea; también publico en la revista Entorno, donde los colaboradores fueron: Treviño, Rubén Mejía, Enrique Servín, Micaela, el historiador Víctor Orozco, Montemayor, Daniel Sada, Alfredo Espinoza comenta que la revista Entorno es la más importante que se ha creado, en ella esta inmersa una generación estupenda, que marca la historia de la literatura chihuahuense desde hace 20 años.

Poema

Soy la bitácora del tiempo
su espejo estremecido
En la negra hoja del destino 
soy una palabra que envejece
(El hombre se cree único
ignora que abunda en sinónimos)
Como buen poeta el tiempo
arrugará la vida antes de romperla
Notará gastada la metáfora que soy
y me borrará

Interpretación:

El tiempo que transcurre, se guarda en una bitácora, en un reflejo que se estremece cuando ya ha envejecido, una imagen distorsionada, arrugada en el espejo. El destino se torna obscuro, se va carcomiendo hasta envejecer las palabras de la vida. Los hombres solo sienten su propia existencia, en este mundo habitan infinidad de seres y todos al mismo tiempo son iguales. La vida es como una hoja que arruga el poeta cuando las metáforas son solo desecho, tinta que se escurre y no dice nada.

En este poema Alfredo Espinoza nos habla de la vejez, del tiempo que transcurre en los hombres, la vida como una hoja que encierra una metáfora que se va gastando y borrando con el tiempo, que al final es solo parte del desecho del universo, una frase de imágenes que nadie volverá a leer, la esencia de la existencia que se escurre y que a la vez no tiene sentido.

Conclusión:

El escritor arranca las hojas de los primeros vestigios de su escritura, las va anclando hasta formar un puente de metáforas, con escalones de letras, hasta crear una senda literaria donde el lector conducirá sus pasos a las historias que se guardan en cada verso o narración, descubriendo distintas posibilidades de paisajes. Alfredo Espinoza forja un puente literario a partir de sus primeras publicaciones en revistas, suplementos culturales y publicaciones periódicas.

Las revistas compilan una serie de textos de diferentes autores, uniendo una variedad de letras que se juntan y forman un mapa que conduce a diferentes sitios, túneles con muros de emociones obscuras y claras. El puente literario se forja con un lenguaje de cuerdas que raspa con su discurso las manos de todo aquel que lo cruce.

Las revistas literarias son efímeras, permanecen en las manos del lector por lapsos cortos mientras los números trimestrales, bimestrales o indefinidos perduran. Cada texto a de sobrevivir en la hoja interior de cada ser, sin borrarse; la tinta permanente sellará  las letras que han de cambiar la manera de percibir la existencia. Al hojear cada página se podrá sentir un aire rodeado de temáticas diferentes.

Bibliografía:

Chávez Marín, Jesús, “La Ciudad literaria: libri, ex libris fiunt.” Revista Ombligo, Mexico, Editores Unidos de la Agrupación cultural Escritores por Ciudad Juárez, 2012, pag. 1



[1] Chávez Marín, Jesús, “La Ciudad literaria: libri, ex libris fiunt.” 2012, pag. 1

[2] Chávez Marín, Jesús, “La Ciudad literaria: libri, ex libris fiunt.” 2012, pag. 1